EL ARTE COMO EDUCADOR EMOCIONAL

En el programa educativo que desarrollamos en la Escuela Hispana de Amsterdam, la educación emocional tiene un rol importante en el currículum escolar general, y central en las aulas de primer y segundo ciclo infantil (niños de 4 a 6 años). En un ambiente lingüístico hispanohablante, los niños desarrollan actividades que les proporcionarán las herramientas para aprender a hablar y expresar sus emociones en su segunda lengua madre. Dentro de este programa están contempladas diferentes tareas y proyectos relacionados con el arte.

Sail-a-future

Una de las actividades que llevaremos a cabo este mes, es la participación en el proyecto “Sail-a-future”, ideado y organizado por la pintora holandesa Hetty van der Linden. Sobre unas velas de barco, los niños pintan sus sueños e ideas para contribuir a un mundo mejor y a un océano más limpio. Bajo la guía experta de Hetty, los niños recurren a su imaginación, fantasía, creatividad y emoción para plasmar esos sueños e ideas. Los barcos viajan por todo el mundo llevando estas velas a otros puertos, donde otros niños repiten el mismo proceso. ¡Más de 1000 niños alrededor del mundo ya han pintado sus sueños! Finalmente, las velas serán transformadas en bolsas que no sólo guardarán posesiones, sino también los sueños de estos niños. Con la venta de esas bolsas, la Fundación de Hetty puede brindar ayuda económica a niños en situación de pobreza y escasos recursos. Sail-a-future forma parte del proyecto Paint a future, con el que Hetty ya ha ayudado a niños en Madagascar, Argentina, Brasil y Uganda.

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA INFANCIA

Desde hace varias décadas, en materia de educación se habla de la importancia de la inteligencia emocional. Pero ¿a qué llamamos inteligencia emocional? Pues a la capacidad de autoconocimiento que nos permite identificar, expresar y controlar nuestras emociones, y gestionar las relaciones interpersonales. Diversas investigaciones han demostrado que el funcionamiento de nuestro cerebro está en gran parte guiado por componentes emocionales. En el sistema límbico se procesan las diferentes emociones, la memoria y el aprendizaje. Gracias a este componente de aprendizaje, la inteligencia emocional se puede enseñar.

Pasemos ahora a hablar de emociones. ¿Qué es la emoción? El Diccionario de Neurociencia de Mora y Sanguinetti (2004), la define como “toda reacción conductual y subjetiva producida por una información proveniente del mundo externo o interno (memoria) del individuo que se acompaña de fenómenos neurovegetativos”, es decir, que se procesa en el sistema nervioso. Según Delgado y Mora (1998), esta definición se puede complementar considerando los dos “niveles” que componen la emoción. Por un lado, la sensibilidad emocional (la capacidad de percibir sensaciones a través de los sentidos) y, por el otro, la respuesta emocional, es decir, los cambios biológicos y psicológicos que experimentamos a través de la sensación percibida que nos conducirá a actuar de una determinada manera, y que “servirá de clave o señal a miembros de la misma especie o de aquellos con los que se mantiene una relación”. La toma de conciencia de una reacción emocional es lo que llamamos sentimientos, que son “estados afectivos más complejos, menos intensos y a la vez más estables y duraderos que las emociones” (Pérez, 2016).

Las emociones infantiles son mucho más ricas de lo que los niños pueden manifestar. Ya desde edades muy tempranas, el niño es capaz de identificar emociones positivas y negativas, pero no siempre sabe nombrarlas. Los más pequeños pueden diferenciar emociones primarias como la alegría, la tristeza, el miedo y el enfado, y también pueden mostrar empatía respecto a las emociones de otros.

La conducta humana está dirigida y regulada por esa respuesta emocional y, en el periodo de la infancia, tiene un rol fundamental en la capacidad comunicativa del niño. Aprender a gestionar nuestras emociones en edades tempranas nos ayudará en el desarrollo de nuestra vida como adultos. Por lo tanto, resulta imprescindible proporcionar a nuestros alumnos las herramientas necesarias para formar individuos capaces de conocer y controlar sus emociones, con el objetivo de estimular la capacidad intrapersonal, la interpersonal, regular la propia conducta y la de los demás.

Llamamos entonces educación emocional al proceso educativo continuo y permanente en el que, por medio de la aplicación diferentes estrategias, brindamos a los niños las herramientas necesarias para conocer y regular sus emociones.

EL ARTE COMO VEHÍCULO PARA CONOCER NUESTRAS EMOCIONES

“Al echar luz hacia los registros oscuros de la vida individual,
sobre el alma y sobre la existencia, al interpretar y nombrar un gesto de la sociedad, el arte colabora con la
construcción del mundo del hombre”

M.Zátonyi

Después de esta introducción al tema de las emociones, hablaremos del arte como una de las posibles formas de abordar la educación emocional del niño, mirando a su desarrollo integral como persona, tanto en el aspecto cognitivo como en el emocional. No vamos a entrar en la difícil tarea de describir todas las posibles definiciones de la palabra arte; aquí hablaremos de arte como un medio de expresión y comunicación en el que las emociones juegan un papel fundamental y que lo convierten en un vehículo que nos ayuda a conocerlas, reconocerlas, comunicarlas y también, a educarlas: “(…) La música, la poesía, la fotografía, la danza, la pintura, la escultura, la arquitectura, etc., pueden provocar en nosotros impactos emocionales profundos que propician el autoconocimiento y nos deparan momentos inolvidables de magia y plenitud. (…)”(Bach y Dader, 2002, cit.Batles,2013).

Al utilizar el arte como estrategia educativa, los niños participarán en el proceso artístico como creadores y como espectadores. En su rol de creadores, la posibilidad de expresarse les permitirá acercarse al amor, la felicidad y la alegría y también a afrontar emociones negativas. En su rol de espectadores activos, podrán aprender a identificar sus emociones y a ponerse en el lugar del otro al intentar interpretar los sentimientos y emociones que quiso transmitir el artista con su obra.

Sail-a-future

Dentro de los distintos lenguajes del arte, la pintura es uno de los recursos para abordar la educación emocional, ya que el dibujo es el producto de un proceso complejo en el que el niño debe gestionar diferentes elementos de su experiencia para formar un todo con un nuevo significado. En ese proceso de “seleccionar, interpretar y reformar esos elementos, los alumnos nos dan algo más que un dibujo o una pintura; nos proporcionan una parte de sí mismos; cómo piensan, cómo sienten y cómo ven” (Viktor Lowenfeld y W. Lambert Brittain (1980), cit. García)

A través de esta hermosa experiencia, los niños de nuestra Escuela Hispana no sólo tendrán la oportunidad de indagar sobre sus sueños y emociones, sino que también aprenderán sobre la empatía, el trabajo y conocimiento cooperativos y la solidaridad.

¡Muchas gracias, Hetty, por esta hermosa labor!

Las maestras, los padres y los alumnos de la Escuela Hispana de Amsterdam.

Para más información sobre este proyecto: www.sailafuture.org

Para más información sobre nuestra escuela: www.escuelahispanadeamsterdam.nl

Fernanda Martino -Maestra del grupo 2

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Batles, A. U. (2013). El arte: vehículo para la educación emocional. Una propuesta de intervención. Madrid : Universidad Internacional de La Rioja.

García, C. G. (n.d.). Cómo trabajar la educación emocional a través de la educación plástica. Palencia: Facultad de Educación de Palencia – Universidad de Valladolid.

Mora, F. (2013). ¿Qué es una emoción? Arbor: ciencia, pensamiento y cultura. doi: doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2013.759n1003

Pérez, B. d. (2016). La educación emocional en las aulas de segundo ciclo de educación infantil: el cuento como catalizador. Madrid: Universidad Internacional de la Rioja.

Sanguinetti, F. M. (2004). Diccionario de Neurociencia. Madrid: Alianza Editorial.

Zátonyi, M. (2007). Arte y Creación – Los caminos de la estética. Buenos Aires: Claves para todos – Capital Intelectual.